





La ultima vez que fui a las calas de Artá acompañada de Rosi, a medida que nos acercamos a la costa se iba nublando el cielo. Merendamos por el camino y a ratos caían gotas. Pero, valientes como somos, seguimos hasta las calas y era un espectáculo cuando se asomaba el sol través de algún agujero en las nubes.
Cuando llegamos a Cala Mitjana el tiempo ya era amenazante. Seguimos hasta Cala Torta y allí cerca de la cala había un coche aparcado. Mientras Rosi buscaba "piedras de Santa Lucia" yo vi llegar una pareja y les preguntaba si eran los amos del coche y si nos podían dejar arriba donde tenia mi "Clio". Nos salvaron, pues ya comenzaba caer lluvia en cantidad.