En Andalucía algunas
veces he visto campos de algodón.
A
principios de verano sembré una planta en mi jardín para ver la de cerca.
Ha
florecido y ha abierto ya dos capsulas de algodón.
Me hizo
ilusión desmontar una para mirar por dentro y para tocar sus suaves fibras en “directo”.
Las
semillas quedan bien envueltas y al intentar pelar las he visto lo resistente
que son estas fibras.