Hicimos
una excursión a la finca de Ariant de Pollensa. Es uno de estos lugares tan naturales lleno de
belleza para cargar se las pilas. Un
autentico paraíso.
A la
finca solamente se puede acceder con permiso de la
Fundación Vida Silvestre Mediterránea, que recibió esta finca en donación.
Una zona de la finca está concebida como un jardín mediterráneo
con plantas de los cinco continentes viviendo en armonía con la vegetación natural
de la montaña.
A mí me impresionaron sobre todo los viejos arboles.
También hemos podido observar a voltors negres “Aegypius
monachus” a lo lejos.
Ha sido un día precioso y memorable.