Hacia
un año que no visité a mi amigo Pere Ignasi.
Como
siempre me quedé sorprendida de la gran imaginación de Pere para transformar a
sus vidrios “calientes”.
Los móviles
al aire libre muestran con que fantasía y destreza los va montando.
Todo lo
hace el mismo. Va buscando en rastros y chatarreros piezas obsoletas para usar
las para sus montajes.
Tiene la larga nave agrícola alquilada totalmente aprovechada.
Su exposición
permanente al aire libre parece magia pura. Tiene montado artilugios para controlar
los móviles grandes para poder protegerlos cuando hace mucho viento.
Hace más
de treinta años que le conozco y su mundo fantástico y mágico me atrae cada vez
de nuevo. Bueno, el tampoco para y siempre tiene algunas nuevas creaciones por
admirar.