Muchas
veces he intentado imitar formas, texturas y colores de la naturaleza.
Muchas veces
me he sentido muy pequeña e impotente con los resultados que he conseguido.
También
me pasó con este “eje de caracol” de cerámica.
Le di
un engobe que he bruñido y luego he cocido la pieza en el horno de leña que tenía
entonces.
Como salió
del horno con defectos como rajas y deformaciones y el color tampoco me ha
salido como esperaba, la había arrinconado y casi olvidado.
Últimamente
haciendo limpieza a fondo en un rincón del jardín he vuelto a dar con esta cerámica.
Una
amiga la vio y le gustó mucho aun con los defectos y se la regalé…