Desde el
verano del año pasado estamos haciendo modificaciones en el jardín para ahorrar
trabajo y de paso agua.
Un
pequeño rodal de tierra delante la
ventana de la cocina que da al norte cubrimos con corteza de pino. Pinté algunas
lozas de piedra (sobras que me regalo un vecino) con tonos verdes para formar una
espiral.
Aparte
del comedero improvisado para pájaros que ya teníamos colgado de una rama de un
acebuche Manolo construyó otro y lo
montó encima un poste de madera.
En
febrero me saltó a los ojos un artilugio que es un pequeño surtidor de agua en
el rastro dominguero de Consell y lo compramos no sin regatear. Tuve que
convencer al vendedor que no encontraría tan fácilmente a otro cliente al que
le pueda interesar esta “cosa rara”.
Cuando
lo teníamos ya en casa lo examinamos a fondo y probamos su estanqueidad.
Esta hecho en su totalidad de plancha y tubo
de cobre.
Contra
mas lo miraba más me gustó.
Se ve
que lo ha construido una persona con mucho amor y lo bonito es que el verde del
cobre es casi el mismo tono que usé para pintar las lozas.
Cuando lo
vio una amiga se creía que había puesto las lozas a juego con la fuentecilla.
Conectamos
una pequeña bomba de acuario para hacer circular el agua.
Ahora
tengo mi “teatro de pajarillos” allí.
Han aceptado
con ganas el comedero y luego la fuentecilla.
Eso sí,
“pierdo “ más tiempo en la cocina que antes, pero es un tiempo muy precioso…