Para mí
es un regalo precioso ver a esa pequeña muy conocida y querida ave.
El
rupit o petirrojo o Erithacus rubecula
solo lo vemos en invierno por nuestras islas.
En
cuando en el norte de Europa se instala la primavera se despide.
El de
hoy lo he pillado con la cámara en mano en el jardín de nuestro amigo Juanfran.
Es un
ave que te acompaña en el jardín cuando estás trabajando la tierra. Observa a
poca distancia y cuando te giras ya viene a investigar tu trabajo en busca de algún
bicho comestible para ella.