Vista desde Santa Llúcia con el Puig de Santa Magdalena enfrente

La iglesia
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Puerta al patio interior con el acceso al interior de la iglesia enfrente
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Patio interior del monasterio
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El centro de Mancor de la Vall desde Santa LLúcia
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Ya vuelve la lluvia
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En la enciclopedia.us.es/. encontré el siguiente artículo:
Iglesia de Santa Llúcia, declarada Bien de Interés Cultural, con categoría de monumento en 2004.[2]
Las primeras referencias documentales datan de 1361. Cuando el núcleo de Mancor creció y se construyó una iglesia en el pueblo, el Oratorio quedó abandonado y fue cedido al Ayuntamiento de Selva el 1642. La gestión de Selva permitió llevar adelante diferentes obras, de entre las que destaca la construcción de la escalera de acceso en 1666, según una inscripción visible en uno de los escalones.
A finales del siglo XIX y principios del XX, coincidiendo con importante conflictos entre Selva y Mancor sobre la administración del Oratorio se efectuaron importantes reformas como la nivelación de suelo, el recubrimiento de los arcos con yeso, la abertura de un ventanal en la sacristía y la substitución de la cubierta de madera por otra de yeso, que alteraron los elementos más definitorios de Santa Llúcia. El año 1963 el Santuario fue ocupado por el Instituto secular Verbum Dei que promovió una ampliación de todo el conjunto del santuario, quedando la capilla en un lateral e inserida en una construcción desproporcionada y sin interés. Desde 1973 rigen el Santuario las religiosas de los sagrados corazones, como casa diocesana de ejercicios espirituales. En la fachada, de mampostería, y a la que se accede por la escalera de 1666 antes mencionada, destaca el arco de medio punto dovelado del portal de acceso y el pequeño rosetón, ampliada el 1904.
La cubierta es a doble vertiente. La iglesia, de nave única y planta rectangular, está dividida en tres tramos mediante dos arcos diafragma que arrancan directamente del suelo. Del conjunto de bienes muebles conservados, cabe destacar, la imagen de la titular, una pequeña figura de alabastro blanco, decorada únicamente por una orla que ribetea su vestidura, en rojo y dorado, y que ha sido restaurada recientemente; un Crucificado, de datación indeterminada, ubicado en una hornacina, pintada al fresco con elementos arquitectónicos; y una Inmaculada barroca de madera policromada.