No había
visto nunca antes a esta pequeña abeja.
Estaba en
la punta de un tallo de una lavanda. Temía que estuviese muerta. Estaba enganchada
con su mandíbula y no se movía para nada.
Arranqué
el tallo para llevar me lo a un sitio mas cómodo para fotografiar y poco a poco
el animalito se iba despertando.
Al final se animó y se fue volando.
Tuve
trabajo para encontrar a esta abeja en Internet.
Bueno,
por lo que he visto es una abeja de las llamadas solitarias y se llama Epeolus.
No me
atrevo concretar más el nombre.