
Con el calor del verano vienen las ganas de comer sandía.
El otro día mi marido (¿medio naranjo?) estaba acabando casi de comer una porción de esta fruta jugosa cortando la a su manera, cuando le dije: Para!!!
En un primer momento me miraba con el ceño fruncido pero cuando ha visto que iba a coger la cámara ya no se extrañaba.
Saqué una foto de la "escultura" que el había realizado sin intención.
Para hacer la algo más “obra” le apliqué un filtro del PS.