
Es una gozada encontrar un paisaje así.

Con un poco de fantasía se pueden apreciar formas casi humanas.

Los olivos parecen estar bailando.

Y os aseguro que me miran.

Si no fuese por el vallado me acercaría a ellos y los abrazaría.

Enfrente el campo de almendros jóvenes en la última luz de la tarde.
En los campos se puede apreciar perfectamente donde suelen pastar las ovejas, ya que dejan la línea donde llegan con sus bocas bien marcada.