Hace pocos días
que se paseaba esa Mantis religiosa en el jardín.
No era difícil
hacer la subir a mi mano. De esta manera era muy cómodo observarla y hacer le
una serie de fotos.
Me sentía feliz
con el contacto del animalito, además parecía que se sentía bien.
Miraba el
panorama girando su cabecita a todos lados y se puso a limpiar sus patas.
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