

mi cuñada invadida

Estoy escuchando ruido de cohetes y petardos.
No muy lejos están pasando las carrozas de los “reyes magos” para los niños del pueblo.
Yo les hubiese pedido algún gatito. Me gustan mucho.
Pero prescindo de tener por estimar mi libertad de movimiento.
Mientras me conformo disfrutando ver los de vecinos amigos y familiares.
Es como un regalo también.
Los gatos de las fotos de hoy salieron de una casa cuando estuve dando un paseo con mi cuñada Rosi.
Eran muchísimos. Eran todos muy dóciles o mansos y daba gusto jugar con ellos.
Nos costó seguir nuestro camino sin que alguno se nos quedase pegado a los talones.
2 comentarios:
Preciosos y entrañables. Durante años, algunos vivieron con nosotros, pero atan, sí, y hay que ser muy responsable con ellos, como con cualquier otra vida.
Ahora, como tú, me complace verlos en la calle. Siempre les digo algo.
:-)
Mi gatita no es tan cariñosa, tiene más carácter "gato" que estos chiquitines... pero la quiero igualmente (¡qué remedio!, ¿no? jeje)
Publicar un comentario