Era una ocasión única poder disfrutar de estos paisajes rocosos en las montañas de Pollensa.
Están visibles desde una enorme finca de montaña cerrada a la que se llega por su carretera privada que sube más de cinco kilómetros para llegar a un altiplano sorprendente.
La propietaria tiene un jardín impresionante fundiéndose con un entorno natural divino.
Mis amigos jardineros obtuvieron un permiso para visitar este paraíso particular y me invitaron acompañarles.
2 comentarios:
Hola Erna, muy bonita toda la serie de paisaje montañoso, todo un lujo poder disfrutarlas. Un abrazo
Preciosas imagenes Erna.
Gracias por enseñarnos estos rincones de la Isla.
Me quedo con la tercera en cuanto a composición.
Tiene que ser un lugar realmente bonito. La pena es que no sea público.
Saludos.
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