Hace más
de veinte años que recogí unas cuantas piedras alrededor de una mina de cobre
abandonada en los montes de Málaga durante una vuelta con mi familia malagueña.
Me
gustaban por los colores azules, verdes, rojos y dorados incrustados en las
piedras.
Con un
martillo y una escarpara partí la más grande. Se rompió en dos trozos casi
iguales. Resultó una sorpresa muy agradable. En su interior había un hueco con
cristales muy pequeños.
Después
de unos cuantos años regalé la mitad de esta piedra al hijo de una amiga que se
había aficionado a los minerales.
Un día
de estos hacía mal tiempo y me dediqué hacer fotos macro a esta piedra y otras
que recogí en aquella excursión.
Mirar
las huellas de cobre de estas piedras en las fotografías me resultó muy
gratificante.
1 comentario:
Es preciosa, me encantan los minerales. Un beso.
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