Desde
que publiqué mi última entrada sobre las arañas (el 14 de septiembre) habían
pasado por encima de los cocón de la araña tigre o Argiope bruennichi dos tormentas de
fuertes lluvias.
Mientras
tanto, ya no habíamos visto mas ni rastro de la madre ni de las pequeñas.
Cogí un taburete bajo para poder estar sentada a una altura que coincidía con la altura donde estaba colocado el cocón colgado al lado de la Muehlenbeckia.
He ido con mucho cuidado para no tocar la red que ya estaba bastante estropeada.
Luego hice las fotos con la cámara réflex y el objetivo macro.
Quería
que en las fotos se pueda apreciar a lo máximo como salían las arañas diminutas
una tras otra muy seguidas. Era gracioso, asomaban dos patitas moviéndolas al
aire y ya saltaban a fuera.
Se formaban tres cúmulos en forma de bola de arañitas. Cuando se toca un hilo de los envolventes los animalitos se dispersan con rapidez y al cabo de unos minutos se vuelven a reunir.
Estuve fotografiando y
mirando durante más de una hora y lo dejé. Ya no podía más porque mi tren de
aterrizaje protestaba a tope. Además ya se habían ido casi todas las nubes y
el sol calentaba lo suyo.
He
disfrutado a tope.
Era una
emoción tremenda y una aventura no vivida antes por mí.
Cuatro horas mas tarde hice esta última foto...
2 comentarios:
No tengo palabras , una auténtica maravilla... que estamos destruyendo con eso que llamamos progreso.
Un abrazo
j
Muy buen reportaje. Me encantan Erna. Besitos.
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