Ayer (y hoy) hizo un día primaveral y me iba a caminar un rato.
Por suerte aun quedan algunas zonas rurales sin vallar.
Hay a media hora a pie desde mi casa una zona con campos grandes de almendros y algarrobos que están labrados. Luego hay otra extensión de campo “viejo”, que por falta de cuidados se ha asilvestrado y se ha convertido en un paisaje precioso. Bueno… a mí gusto.
Había muchas flores por todas partes entre árboles viejos y arbustos jóvenes.
Pase dos horas absorbiendo sensaciones que eran una gozada.
Un almendro muy viejo estaba en flor ya. Pasaba una bandada de estorninos buscando los frutos maduros de los acebuches. Estaban conversando a voces entre ellos, parecían muy contentos.
Espero que estos lugares “auténticos” aun duren unos cuantos años.
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